jueves, 13 de noviembre de 2008

La tecnología altera la idea del sexo.
Expertos sexólogos de Estados Unidos afirman que en los próximos años la tecnología logrará cambiar la idea que hasta ahora se tenía de “cibersexo”, ya que existen nuevos materiales para construir máquinas eróticas y programas que reproducen virtualmente experiencias sexuales “casi reales”, que las van a convertir en algo menos virtual que un “chat”.
Los investigadores norteamericanos se han reunido para abordar cómo será la próxima década en su campo, y hubo quien imaginó un futuro en el que las fantasías podrán ser satisfechas por “compañeros sexuales artificiales”.
"Lo que probablemente exista antes del 2016 será una experiencia multisensual de sexo virtual", dijo Julia Heiman, directora del Instituto Kinsey para la Investigación sobre Sexo, Género y Reproducción en la Universidad de Indiana.
"Existe la posibilidad de desarrollar materiales eróticos que permiten crear un compañero o compañera de ciertas dimensiones y cualidades". Además, el “sexo virtual” actual permite a dos personas con sendos ordenadores manipular aparatos electrónicos, como un vibrador, a través de la Red, para satisfacer las peticiones sexuales del otro.
"No es algo que sólo hagan los lunáticos", dijo Steve Rhodes, presidente de Sinulate Entertainment, según Rhodes, que ha vendido miles de aparatos de sexo conectados a Internet en los últimos años.
Regina Lynn, periodista que escribe de sexo en la revista “Wired”, dice que ha usado y disfrutado del Sinulator y asegura que no hay razón para tener miedo de la tecnología. "A la gente aún le asusta cualquier tipo de combinación de sexo, tecnología e Internet".
Por su parte, Annie Sprinkle, ex actriz porno, prostituta y autora del libro “Spectacular Sex”, indicó que el sexo virtual es una consecuencia lógica de las mejoras en los aparatos. "Ahora la gente usa vibradores como locos; la tecnología de los juguetes sexuales ha mejorado enormemente".
Brad Abram, presidente de X stream 3D Multimedia, dijo que el juego “Virtually Jenna” permite al usuario tener sexo con una representación de la estrella del porno Jenna Jameson gracias a dispositivos que simulan el movimiento de los genitales. El servicio, sin el “hardware”, cuesta unos 24 euros al mes.
Por otro lado, Carl DiSalvo, doctorando en la Escuela de Diseño de la Universidad Carnegie Mellon, ha ayudado al diseño de un aparato robótico que estimula la calidez y la sensación de un abrazo.
Incluso empresas como realdoll.com venden muñecos del tamaño humano sin dispositivos electrónicos por 6.500 dólares, sin incluir gastos de envío, que ascienden a 500 dólares.
Otros investigadores van más allá y creen que en las próximas décadas habrá aparatos que podrán estimular el cerebro para crear una experiencia sexual sin la manipulación de los genitales.
Pero cree usted que alguna vez un aparato pueda sustituir al cuerpo humano.

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